En instalaciones de potencia superior a 70 kW, es conveniente tratar los condensados mediante productos básicos para neutralizar su acidez antes de su evacuación al desagüe.
Con combustibles gaseosos (gas natural o GLP) cuyo contenido de azufre es muy bajo, las principales reacciones derivadas provienen de la oxidación del nitrógeno (N2) del aire y su conversión a óxidos de nitrógeno (NO2 y NO3, generalizados como NOX), los cuales, al condensar, reaccionan con el agua produciendo ácido nítrico (HNO3), que confiere a los condensados su carácter ácido (pH 4-5).
En el caso del gasóleo, con mayor contenido en azufre (S) que los combustibles gaseosos, la combustión proporciona óxidos de azufre (SO2 y SO3, generalizados como SOx). Estos óxidos, en contacto con el agua de condensación, producen ácidos sulfuroso y sulfúrico, que resultan particularmente agresivos (pH 2- 4).
Algunos
fabricantes disponen de equipos neutralizadores que contienen filtros de carbón
activo y un granulado neutralizador (magnesio) que reaccionan con los ácidos de
los condensados obteniéndose como resultado un agua de carácter prácticamente
neutro (pH 6,5 – 9).
La cantidad del
granulado neutralizador depende del caudal de condensados producido, por lo que
deberá tenerse en consideración la potencia de la caldera a la hora de elegir
el equipo de neutralización. De tal forma, cuando la cantidad de condensados
sea elevada, será necesario una bomba circuladora.
Fuente:
Guía Básica
CALDERAS DE
CONDENSACIÓN
https://www.fenercom.com/















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